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Diagnóstico de Jóvenes evaluadores emergentes. Argentina. 

Bonelli, Samanta-Giménez, Milagros

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A partir de una breve encuesta, el capítulo de EvalYouth Argentina se propone caracterizar a los evaluadores jóvenes emergentes (EJEs) de este país en base a un conjunto de dimensiones básicas relevantes (su formación, su ocupación actual, su experiencia en evaluación) y brindar información acerca de sus opiniones en torno a las capacidades de evaluación en el país, las áreas de vacancia y posibilidades de mejorar las mismas desde su rol como EJEs, entre otras.La encuesta fue elaborada por miembros del equipo Evalyouth Argentina y administrada en forma online entre los meses de Septiembre y Octubre de 2017. En total contestaron el cuestionario 46 jóvenes evaluadores que fueron contactados a través de redes de evaluación, universidades y otros canales.

Caracterización Sociodemográfica

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En promedio, los jóvenes evaluadores que contestaron la encuesta tienen alrededor de 30 años, un 15% tienen entre 23 y 25 años, un 32% entre 26 y 30, y casi la mitad de los jóvenes que contestaron la encuesta tienen entre 31 y 35 años. Un 76% de este grupo son mujeres. Respecto a su nacionalidad, con la excepción de un EJE de nacionalidad peruana y otro de origen venezolano, los restantes respondientes son argentinos. En relación a sus jurisdicciones de origen, un 52% residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un 16% en la Provincia de Buenos Aires, un 15% en la Provincia de San Juan, un 7% en la provincia de Córdoba y el 10% restante se compone de un representante de la provincia de Tucumán, uno de la provincia de Chaco, uno de Entre Ríos y uno de San Luis.

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Formación

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Respecto al máximo nivel educativo alcanzado por los EJE encuestados, la mitad, el 52%, al momento alcanzó el nivel de Licenciatura. Entre la otra mitad restante con título de posgrado, la mayoría (16 casos) ha alcanzado como máximo nivel educativo la Maestría, una menor proporción (4 casos) especialización y en un solo caso, el Doctorado.

Al indagar por su formación de grado, un 26% de los encuestados son Licenciados en Sociología, un 21% Licenciados en Ciencia Política, un 17% Licenciados en Economía, un 11% Licenciados en Trabajo Social. El 25% restante se encuentra compuesto por EJEs con formación en Ciencias de la Educación (8%), Relaciones Internacionales (7%), Psicología (4%), Abogacía (2%), Administración (2%) y Relaciones Públicas (2%).

Al analizar el tipo de instituciones donde realizaron sus estudios, la mitad de los EJEs estudiaron en instituciones de gestión estatal y la otra mitad de gestión privada en el país. En el caso de los estudios de posgrado, hay algunos casos con experiencia de formación en el exterior (EEUU, Francia).

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Ocupación actual

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Al indagar acerca de si actualmente se encuentran cursando un estudio de posgrado, un 24% respondió negativamente. Del 76% restante, un 45% se encuentra cursando Maestrías, un 15% Doctorados y el 15% restante especializaciones, actualizaciones, diplomados, etc.

Respecto a su condición de ocupación, un 91% de los EJEs encuestados se encuentra trabajando actualmente. Entre ellos, un 68% desempeña tareas en el sector público (19% en el nivel de gobierno municipal, 24% en el nivel jurisdiccional, 25% en el nivel nacional), un 12% en el ámbito académico, un 10% en el sector privado, un 6% se desempeña en organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil y el 4% restante en organismos internacionales.

Respecto a su antigüedad en el actual puesto de trabajo, un 26% respondió que lleva menos de un año trabajando en dicho puesto, un 54% entre 1 año y 5 años de antigüedad, y el 20% restante entre 6 y 10 años de antigüedad.

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En base a estos datos, en su mayoría el perfil de los EJEs en Argentina son jóvenes en formación, desempeñando tareas profesionales, en la mayoría de los casos en el sector público, con pocos años de antigüedad.

Respecto al vínculo que sus actividades laborales cotidianas tienen con la evaluación, en un 70% los EJEs encuestados reportan que su actividad laboral se encuentra vinculada a actividades de monitoreo y evaluación.

Profundizando en su experiencia en el campo del monitoreo y  la evaluación, casi la mitad de los encuestados tiene un desarrollo laboral muy incipiente o nulo en dicho campo (20% afirma no tener experiencia laboral en evaluación, un 17,8% menos de un año y un 15,6% más de un año). La otra mitad declara tener mayor experiencia en evaluación (11,1% con 2 años de experiencia, 20% entre 3 y 5 años y 15,6% con más de 5 años).

Indagando en el tipo de evaluación en el cual han tenido experiencia se obtienen resultados muy interesantes que reflejan en gran medida el grado de desarrollo de la evaluación en Argentina.Los encuestados tienen en promedio experiencia en 3 o 4 tipos de evaluación diferentes, siendo los tipos de evaluaciones utilizados por más de la mitad de los evaluadores con experiencia previa: evaluación de resultado (30 casos), evaluación de procesos (20 casos),  evaluación de diseño (19 casos).A su vez , la evaluación de impacto (15 evaluadores con experiencia) y la evaluación participativa (14) se destacan dentro de los demás tipos de evaluación como aquellos en los que los EJEs encuestados tienen un mayor recorrido y experiencia profesional, a diferencia de la evaluación evaluación ex ante (9 casos), la evaluación ex post (9) y la evaluación de costo-beneficio (7).

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Capacidades de evaluación

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Al indagar acerca de la opinión de los jóvenes evaluadores emergentes en torno a las capacidades de evaluación del país, la mayoría de los encuestados (54,5%) asegura que las estas son regulares. Casi un tercio afirma que son buenas (31,8%) y un 13,6% que son malas. Al analizar esta percepción, indagando las respuestas de acuerdo a la jurisdicción de residencia del EJE[1] [2] [3] [4] , solo un 4,7% de los evaluadores aseguran que las capacidades de evaluación son muy buenas en su jurisdicción (haciendo referencia a Ciudad de Buenos Aires específicamente), un 44,2% afirman que son buenas , 34,9% regulares y un 16,3% que son malas.

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Al indagar acerca de qué acciones consideran más pertinentes para fortalecer las capacidades de evaluación en el país, los encuestados sugieren en primer lugar encon un 22,5% de los casos ampliar las oportunidades de capacitación en temas de evaluación (especialmente para los EJEs), robustecerfortalecer[5]  las capacidades institucionales de evaluación del Estado en conjunto con Universidades y Thinks Tanks (12,5%) y mejorar la relación entre los ciclos de la política y los de las políticas públicas y los tiempos necesarios para evaluar de manera robusta (12,5%). Al mismo tiempo, un 10,5% sugiere que es necesario capacitar funcionarios públicos de todos los niveles de gobierno en temas de evaluación. Otra de las estrategias señaladas por los encuestados como mecanismo para contribuir al fortalecimiento de las capacidades de evaluación nacionales es el socializar, transparentar y difundir la información existente sobre las evaluaciones de las políticas públicas y su desempeño a los distintos públicos (10,5%), así como promover actividades entre evaluadores para compartir buenas prácticas  (8,5%), en las ideas más sugeridas.

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Así también proponen con menor intensidad: Concientizar sobre la evaluación (6%), promover oportunidades laborales para los EJEs (4%), destinar desde el Estado mayores recursos económicos para la evaluación (4%), ampliar la participación comunitaria en la evaluación (4%), entre otras.

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Valoración e inserción en los equipos de trabajo de los EJEs

Al indagar acerca de qué tipo de institución consideran que tiene más en cuenta a los jóvenes evaluadores emergentes para sumarlos a sus actividades, el 44,4% de los encuestados señaló que son los organismos internacionales los actores que más contratan jóvenes evaluadores emergentes, seguidos por un 20% de respondientes que señalaron a las organizaciones no gubernamentales, un 15% que manifestó que son los diferentes niveles de gobierno quienes más consideran a los EJE  y un 6,7% el sector privado. Hubo un 13,3% de los encuestados que dijo no saber. Resulta llamativa esta respuesta, cuando más del 60% de los encuestados se desempeñan actualmente como empleados públicos en los distintos niveles de gobierno.

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Los jóvenes evaluadores emergentes consideran que lo que más les ha ayudado a acceder e integrar  equipos de evaluación y proyectos fueron las referencias profesionales de experiencias laborales previas (22%), [6] [7] las referencias académicas (18%)[8] [9] , las redes de profesionales (15%)[10] [11]  y las referencias o contactos personales (14%)[12] [13] .En menor medida, los EJEs reconocen que fue importante el contacto directo con los equipos de evaluación (10%)[14] [15] , la participación en eventos de socialización/networking (6%) y el uso de páginas de internet para la búsqueda de trabajo (6%), y LinkedIn(3%) entre las más representativas.

Respecto a su percepción de valoración del rol y aporte de los jóvenes evaluadores emergentes a los equipos de evaluación, la mitad de los encuestados siente que es “algo valorado” su aporte, mientras que un 30% siente que es “poco valorado” o “nada valorado”. En contraposición, el 20% restante percibe que es muy valorado el aporte de los EJES en los equipos de evaluación.

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En relación a la percepción de los encuestados respecto a cuán preparados están para desempeñar tareas en equipos de evaluación, más del 75% considera que tiene la formación académica suficiente para desempeñarse en proyectos y equipos de evaluación. No obstante, identifican que necesitan y desearían seguir adquiriendo y desarrollando ciertos contenidos y capacidades para un mejor desempeño en el ámbito profesional.

En primer lugar, señalaron la necesidad de continuar formándose en métodos de investigación cuantitativos y manejo de base de datos. Al mismo tiempo, la formación en métodos de investigación cualitativos también fue una de las opciones más señaladas por los encuestados, seguida por los enfoques y metodologías de planificación y evaluación y el conocimiento de la metodología de matriz de indicadores de resultados (MIR). En menor proporción, los jóvenes evaluadores emergentes, mencionaron a la gestión de proyectos, la programación y la teoría del cambio como conocimientos necesarios de ser profundizados. Por último, en una menor cantidad de casos se seleccionaron las habilidades socioemocionales y el marco lógico.

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Los encuestados señalaron que, como jóvenes evaluadores emergentes, consideran que podrían aportar a proyectos de evaluación a través de su ,  la convicción de querer ser la generación que va a cambiar la cultura de la evaluación en el país tomando decisiones basadas en la evidencia (25%), su formación académica actualizada (20%), la motivación y el compromiso en su labor profesional (11%), el conocimiento del territorio y la generación de vínculos de horizontalidad con los destinatarios de los proyectos sujetos de ser evaluados (10%), la innovación (10%), el conocimiento y uso de nuevas tecnologías (8%) y las ganas de aportar a la construcción de mejores políticas públicas (7%), entre otras.

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Por último, la encuesta indagaba acerca de la pertenencia de los jóvenes evaluadores emergentes a un red de evaluación.  Sólo el 28,3% de los encuestados pertenece a una red nacional o regional de evaluación, entre las cuales figuran en la mayoría de los casos la Relac, Evaluar y en menor medida RIEPP. Del total de encuestados, un 32,6% conocia EvalYouth antes de contestar la encuesta.

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